Lunes 5 de Marzo 2018
Mi experiencia al llegar a mi primer día de prácticas en el preescolar "Miguel Hidalgo y Costilla" ubicado en Santa Maria Tequepexpan el municipio de Tlaquepaque con clave 14DJN0049B fue de nerviosismo y muchos sentimientos encontrados, no sabía a que me enfrentaría al cruzar ésa puerta, pero vaya que ver las tiernas caritas de los pequeños me inspiraron tranquilidad y muchas ganas de empezar ya a interactuar con ellos, entré y me recibió muy amablemente la directora, me indicó el salón en el que comenzaría mi observación y ayudantía y con entusiasmo me adentré en la que seria mi aula durante mi estancia en el preescolar, me presenté con la maestra y posteriormente con los niños, parecían felices de recibirme, me dediqué a sentarme y observarlos con detenimiento, más enfocada a las acciones de la maestra pues ése era el objetivo de las prácticas pero no podía evitar que robaran mi atención si reían por algo que dijo el otro o si había algún percance entre ellos, mientras tomaban su desayuno algunos se acercaron a mi para preguntar el motivo de mi presencia y si jugaría con ellos, lo más tierno de la vida. Después llegó la hora de comenzar a trabajar, me acerqué a la maestra y pregunté si podía ayudarle en algo, me contestó que sería de ayuda si la apoyaba con los niños que iban retrasados con la actividad,con toda la paciencia y el amor del mundo me dediqué en específico a ellos, aproveché para conocer sus nombres y preguntar cómo se encontraban, casi no noto que llevaba sonriendo todo el tiempo si una de las niñas no me pregunta por los braquets en mis dientes. Llegó la hora de su receso, iban corriendo hacia el patio así que mejor decidí tomarlos por las manos y formar una fila simulando un tren para evitar que se lastimaran, al parecer les gustó hacer ruidos de locomotoras. Ya en el patio jugamos unas retas de fútbol, tal vez influyó el que a mi me guste ése deporte pero me divertí como pocas veces, y disfruté aun más verlos reír y desesperarse si no anotaban gol, dieron el timbre y subimos todos al salón nuevamente formando un tren. Ya en el aula la maestra hizo el cierre de clase y llegaron los padres de familia para recoger a sus pequeños. La mayor gratificación que recibí fue un "adiós maestra" de una sonrisa pequeña llena de sobras de sándwich del desayuno. Me despedí de la maestra y me reuní con mis compañeras. Así terminé un primer gran día en el preescolar.

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